Por Lauren Jimeson, DisneyBaby
Una cosa que escuché varias veces durante mi primer embarazo fue "duerme antes de que llegue el bebé, porque no dormirás mucho después". Siempre me reí de esa afirmación. ¿Qué tan malo podría ser perder un poco de sueño? No fue hasta la primera noche en casa con ella que me reí de mí misma por pensar eso. Levantarse cada dos horas y luego ver que el bebé no quería volverse a dormir fue totalmente agotador.
Todos los días, durante los meses siguientes, me sentí como un zombi caminando. La falta de sueño realmente me afectaba, y algunas veces solo pedía una breve siesta de cinco minutos. Sabes que algo está mal cuando solo quieres cerrar los ojos durante cinco minutos.
Seis años después, duermo un poco más que antes, pero ahora estoy acostumbrada a la falta de sueño que conlleva la maternidad. Afortunadamente, hice cosas a lo largo de los años que me han ayudado con la falta de sueño.
- Pide ayuda.
Esto es probablemente lo mejor que puedes hacer por ti misma, especialmente si estás agotada. Pide a un familiar que venga entre las comidas del bebé para que puedas tomar alguna siesta. Si no tienes familia cerca, pide a un amigo que haga lo mismo o incluso piensa en contratar a una niñera. No debe avergonzarte pedirle a alguien que te ayude con tu bebé. De hecho, se lo recomiendo a todas las nuevas mamás que conozco. Te salva la vida, y te sorprenderá el efecto que puede tener una hora extra de sueño en tu moral y tu energía.
- Nunca subestimes el poder de los accesorios para bebés.
Una de las razones por las que nunca dormí cuando mis hijos eran recién nacidos era porque no tenían ningún interés en dormir en sus cunas. Cada vez que los dejaba en la cuna (incluso si ya estaban dormidos), se despertaban al instante. No fue hasta que probé una silla mecedora, como esta de Minnie Mouse Bows and Butterflies Baby-to-Big Kid Rocking Seat o la de Geo Pooh Bouncer, que mis hijos se durmieron inmediatamente. Recuerdo cuando puse a mi hija en la silla mecedora por primera vez y luego me recosté en el sofá junto a ella. No bien vi que cerró sus ojos, cerré los míos y me quedé dormida en cuestión de minutos. En aquellos días en los que no podía hacer que se durmieran, los accesorios para bebés, como la silla mecedora, me salvaron y ayudaron a mi bebé y a mí a recuperar el sueño que tanto necesitábamos.
- Las cosas pueden esperar.
Siempre escuchamos el dicho "duerme cuando duerma el bebé", que suena casi imposible. Pero la verdad es que debes hacerlo. Solía pensar que el momento en que el bebé dormía era perfecto para ponerme al día con las cosas de la casa. Limpiaba, lavaba la ropa, lavaba los platos, me ponía al día con los correos electrónicos, etc. Pero una vez que el bebé se despertaba, yo estaba aún más agotada. En realidad, la mayoría de las cosas que hacía cuando mi bebé estaba durmiendo podría haberlas hecho más tarde, cuando ella estaba contenta y jugando en el suelo. Necesitaba dormir y, definitivamente, debería haber aprovechado el tiempo en que mi bebé dormía. Deja que tu cerebro se tome un descanso y usa ese tiempo en que el bebé está durmiendo para recuperar tu sueño.
La falta de sueño puede sacar lo mejor de ti. Es agotador ser una nueva mamá. Y realmente nunca sabes lo que es la falta de sueño hasta que vives esos primeros días con tu nueva bendición. Usa estos consejos para volver a dormir con normalidad, de modo que tú y tu bebé puedan pasar muchos más momentos mágicos, despiertos y felices, juntos.