Probablemente hayas planeado muchos viajes por carretera, ya sea para ir a la playa o visitar a la abuela. Evita las quejas con estos consejos prácticos.
Lleva chucherías. Es lo más fácil de todo: lleva en el automóvil una bolsa llena de pegatinas, crayones y juguetes pequeños apropiados para cada edad. Incluso puedes decirle a tu niño que, por ejemplo, le darás un objeto nuevo cada vez que pasen un camión amarillo (o escuchen una determinada canción en el reproductor de CD o cualquier otra cosa que pueda interesarle).
Algo de metal. "Le damos a nuestro hijo una pequeña charola de metal para hornear y un montón de imanes que puede poner, quitar y reorganizar", dice Beth Lightman, mamá de un hijo en Colorado Springs, Colorado. "Es lo suficientemente grande como para que permanezca en su regazo y no se caiga al suelo, lo que resulta terriblemente frustrante con otros juguetes".
Lleva un frasco de sorpresas. Llena un poco más de la mitad de una botella de plástico vacía con arroz seco y pequeños tesoros: lentejuelas, pequeños animales de plástico, dados, fideos secos. Los niños pequeños se divierten girando la botella para ver las sorpresas debajo del arroz (solo asegúrate de cerrar la tapa herméticamente para que tu hijo no pueda abrir la botella).
Crea suspenso. "Compramos regalos baratos en la tienda y los envolvemos como regalos", dice Angel Ishmael, madre de dos hijos en Chicago, Illinois. "Luego dejamos que los niños los abran en las paradas de descanso. La anticipación y la sorpresa hacen que las cosas sean mucho más divertidas".
Muge como una vaca. Bala como una oveja. Croa como una rana. Pide a tu niño que nombre a cada animal y que repita el sonido. Cuando se canse de la granja, enfócate en los colores: haz que mire por la ventana buscando cosas que sean verdes, amarillas o moradas. Luego, haz que nombre los colores para que puedas encontrarlos. Entusiasmo es el nombre del juego: si te emociona jugar, él también estará emocionado.
Detente. Mucho. Todos quieren llegar, pero tomar descansos evita que todos se vuelvan locos. "Hemos descubierto grandes cosas: los restaurantes de carretera, las paradas de viaje con información local interesante y chucherías", dice Kari Erickson-Valenzuela, mamá de dos hijos en Seattle, Washington. "¡Es una educación divertida a pequeña escala!".