El sistema inmunológico de un recién nacido es vulnerable durante las primeras seis semanas. Sin embargo, no es necesario que te escondas, simplemente debes tomar algunas precauciones de sentido común:
Intenta comprometerte a amantarlo durante las primeras seis semanas, o durante el tiempo que puedas.
Ten cerca pañuelos y desinfectante para manos cuando pasas al bebé a tus amigos, vecinos o familiares. No le entregues a tu bebé a nadie que esté tosiendo, resfriado o estornudando.
Evita viajar en avión, tren o autobús durante las primeras seis semanas si es posible. Si debes viajar, mantén tus manos limpias y desinfectadas, o considera la posibilidad de usar guantes que puedas quitarte solamente para cargar al bebé, al estilo de la abuela en 1950. Asegúrate de tener guardado en tu teléfono el número del pediatra y, cuando llegues a destino, guarda también el número y la ubicación del servicio de emergencias pediátricas más cercano.
Protege a tu bebé de extraños que quieran hacerle mimos. (Prueba con esta frase: “¡Lo siento, está resfriado y no quiero que te contagies!”)
La fiebre, los problemas con la alimentación y la deshidratación pueden ser emergencias mortales para un recién nacido, así que siempre debes solicitar atención médica inmediata si tu bebé tiene fiebre o ensucia menos de cuatro pañales en un período de 24 horas.
Sandy y Marcie Jones son las autoras de
Great Expectations: Baby’s First Year. Pide tu copia a
Barnes & Noble.